Muchas veces nos hacemos la pregunta si el precio del crucero es un precio real o inflado. Si bien es cierto que muchas navieras trabajan bajo un sistema de "yield management" donde los precios fluctúan para buscar una mejor rentabilidad (lo que produce que las agencias no sepan muchas veces el precio de día porque varia constantemente), queremos ir un poco más allá para explicar que esa rentabilidad al final tiene que llegar y las navieras tienen que jugar con:
1. Reducción de personal
2. Reducción en la selección de menús
3. Reducción en la variedad de comida siendo más repetitiva
4. Eliminar extras (café, té, buffet de medianoche...)
5. Reducción de costes en el training al personal de abordo
6. Pago por todo lo que se hace a bordo (avistamos un futuro a bordo como una máquina expendedora)
7. Lo natural pasa a ser sintético (por ej. las flores)
8. Reducir costes en los amenities
9. Navegación más lenta
10. Posibilidad de reducir visitas
11. Compras más al por mayor (lo que derivará en más fusiones de navieras bajo un holding)
12. Reducción de costes en los puertos
Lógicamente, las navieras esperan que esto sea pasajero y que se vuelvan a los tiempos de grandes ventas y recuperen lo que, por necesidad, tienen que dejar de lado. Y la crisis es un factor que está influyendo mucho en estos cambios de estrategia para poder adaptarse.
Por tanto, si vemos que el precio que marcan las navieras es bajo, hay que ser conscientes que eso, en muchas ocasiones, va ligado también con lo que se tiene a bordo. O de otra forma, no podemos pensar que nos van a servir langosta si el precio pagado es muy bajo. Lo que cuesta caro es porque lo vale.
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