La Comisión Europea expresó su malestar por la tasa de 14 dólares que Estados Unidos comenzará a cobrar desde el 8 de septiembre a los ciudadanos europeos que no necesitan visado para viajar a ese país, incluidos todos los de la UE excepto Polonia, Rumanía, Bulgaria y Chipre. La comisaria de Interior, Cecilia Malmström, “lamentó” el establecimiento de la tasa, que según precisó Washington se dedicará a financiar un fondo de promoción del turismo y el Sistema Electrónico de Autorización de Viaje (ESTA, por sus siglas en inglés).
En enero de 2009, Estados Unidos determinó que los pasajeros procedentes de países que no necesiten visado para estancias de menos de 90 días tienen que obtener previamente una autorización electrónica, requiriendo a los ciudadanos de 22 países de la UE y de otros 13 estados registrarse mediante el Sistema Electrónico de Autorización de Viaje, que sustituyó al tradicional formulario verde, conocido como el I-94W, que los viajeros solían rellenar en el avión y entregar a su llegada en el control de inmigración Estados Unidos.
El Departamento norteamericano de Seguridad Interior informó que la tasa se aplicará a quienes soliciten una autorización de viaje a Estados Unidos a través del ESTA, y que de los 14 dólares recaudados por cada viajero, 10 se dedicarán promover el turismo en el país y los otros 4 precisamente a sufragar gastos administrativos del ESTA.
"Entiendo que esta decisión se ha tomado con arreglo a las obligaciones para promocionar los viajes, pero lamento mucho el establecimiento de esta tasa", indicó la comisaria de Interior, Cecilia Malmström, en un comunicado.
“Sigo convencida de que esta nueva exigencia aplicable sólo a los viajeros cubiertos por el Programa de Exención de Visados es incompatible con el compromiso norteamericano de facilitar la movilidad transatlántica y será un gasto adicional para los ciudadanos europeos que viajen a Estados Unidos", señaló.
En diciembre de 2008, la Comisión Europea ya analizó el Sistema Electrónico de Autorización de Viaje y concluyó que no podía considerarse equivalente a un proceso de obtención de visado. Al respecto, Malmström anunció que Bruselas hará una evaluación definitiva de la normativa publicada por las autoridades federales norteamericanas en la que tendrá en cuenta el nuevo impuesto.
El formulario electrónico del ESTA está disponible en 21 idiomas y el pasajero debe llenarlo, en inglés, con sus datos personales, número de pasaporte, número de vuelo y proporcionar una dirección en Estados Unidos, además de contestar siete preguntas relacionadas con enfermedades, detenciones, terrorismo, espionaje y narcotráfico, entre otras.
Una vez completado el proceso, el sistema informático puede dar tres respuestas: autorización aprobada, autorización no aprobada o autorización pendiente, caso este último en el que el pasajero debe entrar al menos 72 horas antes de su viaje en la página web para recibir una respuesta definitiva a su solicitud. Si la autorización es denegada, el viajero debe solicitar un visado en el consulado o la embajada estadounidense.
El ESTA no emite una justificación de la razón por la que una solicitud ha sido rechazada, pero remite a los interesados al Departamento de Estado estadounidense si la persona quiere saber los detalles. La autorización de viaje no implica necesariamente que el pasajero pueda entrar al país, ya que únicamente permite embarcarse en un avión o crucero y la decisión final corresponde a los agentes del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP).
En enero de 2009, Estados Unidos determinó que los pasajeros procedentes de países que no necesiten visado para estancias de menos de 90 días tienen que obtener previamente una autorización electrónica, requiriendo a los ciudadanos de 22 países de la UE y de otros 13 estados registrarse mediante el Sistema Electrónico de Autorización de Viaje, que sustituyó al tradicional formulario verde, conocido como el I-94W, que los viajeros solían rellenar en el avión y entregar a su llegada en el control de inmigración Estados Unidos.
El Departamento norteamericano de Seguridad Interior informó que la tasa se aplicará a quienes soliciten una autorización de viaje a Estados Unidos a través del ESTA, y que de los 14 dólares recaudados por cada viajero, 10 se dedicarán promover el turismo en el país y los otros 4 precisamente a sufragar gastos administrativos del ESTA.
"Entiendo que esta decisión se ha tomado con arreglo a las obligaciones para promocionar los viajes, pero lamento mucho el establecimiento de esta tasa", indicó la comisaria de Interior, Cecilia Malmström, en un comunicado.
“Sigo convencida de que esta nueva exigencia aplicable sólo a los viajeros cubiertos por el Programa de Exención de Visados es incompatible con el compromiso norteamericano de facilitar la movilidad transatlántica y será un gasto adicional para los ciudadanos europeos que viajen a Estados Unidos", señaló.
En diciembre de 2008, la Comisión Europea ya analizó el Sistema Electrónico de Autorización de Viaje y concluyó que no podía considerarse equivalente a un proceso de obtención de visado. Al respecto, Malmström anunció que Bruselas hará una evaluación definitiva de la normativa publicada por las autoridades federales norteamericanas en la que tendrá en cuenta el nuevo impuesto.
El formulario electrónico del ESTA está disponible en 21 idiomas y el pasajero debe llenarlo, en inglés, con sus datos personales, número de pasaporte, número de vuelo y proporcionar una dirección en Estados Unidos, además de contestar siete preguntas relacionadas con enfermedades, detenciones, terrorismo, espionaje y narcotráfico, entre otras.
Una vez completado el proceso, el sistema informático puede dar tres respuestas: autorización aprobada, autorización no aprobada o autorización pendiente, caso este último en el que el pasajero debe entrar al menos 72 horas antes de su viaje en la página web para recibir una respuesta definitiva a su solicitud. Si la autorización es denegada, el viajero debe solicitar un visado en el consulado o la embajada estadounidense.
El ESTA no emite una justificación de la razón por la que una solicitud ha sido rechazada, pero remite a los interesados al Departamento de Estado estadounidense si la persona quiere saber los detalles. La autorización de viaje no implica necesariamente que el pasajero pueda entrar al país, ya que únicamente permite embarcarse en un avión o crucero y la decisión final corresponde a los agentes del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP).
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